Las emergencias humanitarias, los desastres y las pandemias ponen a las mujeres y las niñas en mayor riesgo de violencia. La actual crisis por COVID-19 no es una excepción. La violencia contra las mujeres y niñas es la violación de los derechos humanos de las mujeres más tolerada y extendida en todo el mundo, tanto en espacios privados como públicos. Las causas de esta violencia son la desigualdad y la discriminación de género, así como las normas sociales y las masculinidades nocivas aún vigentes en nuestras sociedades.
La voz de Diana Macías Santos es suave, habla con tranquilidad y transmite paz. Parte de su experiencia profesional consiste en detectar los niveles de riesgo de quienes llaman a la Línea Mujer y Familia. Desde hace semanas su trabajo se ha triplicado debido al confinamiento por la emergencia sanitaria por COVID-19.“Sabemos que un caso puede ser más grave porque se hacen peticiones de que les marquemos en cierto horario o porque cambian la conversación (seña de que se ven impedidas para hablar)”. Diana se vuelve cómplice experta en aparentar que es alguna conocida en caso de que responda el agresor, pues lo primero es la seguridad de la víctima.
Con WhatsApp ha sido más sencillo, pues se pueden mandar mensajes al 55 5533-5533, e incluso enviar fotos o videos, lo que les facilitan la atención.
Diana es psicóloga y literalmente está en la primera línea de atención durante la pandemia en la Ciudad de México. Lleva siete años trabajando para la Línea Mujer y Familia del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX, y hace parte de un equipo de 102 psicólogas(os) y 85 abogadas(os) que reparten sus horarios para no dejar ni un minuto descuidada esta labor las 24 horas del día durante todo el año.
En una habitación tipo call center los profesionistas atienden las llamadas que cientos de mujeres hacen a diario para denunciar actos de violencia psicológica, sexual y física, llamadas de auxilio que en marzo de 2020 (mes cuando comenzó el confinamiento) subieron 70% con respecto al mismo mes de 2019.
Hace unos días atendió el caso de una chica de 25 años, víctima de violencia psicológica y física que alcanzó a sus hijos de 3 y 6 años. “Sucede que muchas mujeres toleran la violencia en su cuerpo, pero cuando tocan a sus hijos es cuando deciden denunciar. Fuimos a un Centro de Justicia para las Mujeres en Iztapalapa, realizamos las diligencias y la canalizaron a un albergue porque no tenía redes de apoyo en la ciudad, estuvo ahí varios días hasta que pudo ser trasladada a Oaxaca con un familiar”
La cuarentena ha encendido las luces rojas debido a que “en este momento de estar en casa, muchas mujeres están todo el tiempo con su agresor, y no cuentan con redes de apoyo”, explica. Las medidas de aislamiento y restricción de movimiento dictadas frente a la pandemia están teniendo repercusiones como mayores niveles de estrés, inseguridad económica y alimentaria, disminución de ingresos y desempleo, lo cual puede aumentar significativamente los niveles de violencia contra las mujeres y las niñas en el ámbito doméstico e incrementar las barreras que viven para salir de círculos de violencia, dejar a sus agresores o activar redes de apoyo.
Diana sabe que para una víctima de violencia denunciar no es sencillo: “No es lo mismo denunciar a un delincuente que te robó la bolsa a hacerlo con un compañero que tú elegiste en algún momento y ahora se ha tornado en tu peor enemigo”.A nivel global, 243 millones de mujeres y adolescentes entre 15 y 49 años han sido víctimas de violencia física y/o sexual a manos de su pareja. Y en México 43.9% de las mujeres ha experimentado violencia por parte de su actual o última pareja.
La campaña por la contingencia en la zona metropolitana se llama “No Estás Sola”, y a la Línea de la Mujer y Familia se canalizan las llamadas de Locatel y del 911. Un esfuerzo en la misma línea a nivel federal es la campaña en la que ONU Mujeres acompañó a la Secretaría de Gobernación y a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim), también titulada“No Estás Sola”, cuya tarea es generar información sobre violencia hacia niñas y mujeres, dar a conocer las acciones que se deben tomar si ocurre una agresión de este tipo y ofrecer contactos de instituciones para auxilio.
El objetivo es hacerle saber a más mujeres en situación de riesgo que existen instituciones y organizaciones diseñadas para brindarles atención, mantenerlas a salvo y garantizar su seguridad, y que, desde las distintas instancias que colaboran en la Iniciativa Spotlight, se están redoblando esfuerzos en materia de prevención y atención de la violencia contra mujeres y niñas para estar a la altura que las circunstancias demandan.
“Lo que más me gusta es poder ser un soporte y poderlas acompañar a realizar una denuncia… Al final la satisfacción llega cuando veo sus caras y me dicen ‘gracias, ya me siento más segura’”, concluye Diana al otro lado de la línea.
Tomado de la página web de ONU Mujeres México Retomado – Texto original de Cristina Salmerón
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay
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