Hay un concepto más amplio, que incluye el abuso sexual y otros, hablamos de violencia sexual. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia la define como cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima, en cuanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto”[1]. La violencia sexual se entiende entonces, desde el acoso verbal en la vía pública, una mirada lacerante, comentarios o insinuaciones sexuales no deseadas, tocamiento en el transporte público, la presión para realizar actos sexuales, hasta la penetración forzada.
Si bien un hombre no está exento de ser víctima de violencia sexual, aquí también debemos reconocer las violencias diferenciadas y las diferentes situaciones de vulnerabilidad, siendo así nuevamente las mujeres uno de los grupos donde impacta más la violencia sexual. Un indicador de esto es que se haya tenido que emitir una ley, como la que mencionamos arriba, específicamente para manifestar el derecho que tenemos las mujeres a vivir una vida libre de violencia, la cual integra y estipula lo relacionado con la violencia sexual.
Por ejemplo, el acoso sexual está en todo el mundo; a continuación, mencionaremos tan sólo algunos datos duros para que dimensionemos la gravedad de esta problemática en algunos lugares a lo largo del mundo: en Egipto, un estudio de ONU Mujeres, reveló que de las mujeres encuestadas en siete regiones del país, 99% habían sido víctimas de algún tipo de acoso sexual; en Europa, la agencia de los derechos fundamentales de la Unión Europea, realizó una encuesta que evidenció que Dinamarca con un 52% fue el estado con mayor índice de entrevistadas que denunciaron violencia sexual; asimismo una investigación realizada por la organización ActionAid en Brasil, denunció que al menos 86% de las mujeres entrevistadas habían sido objeto de acoso en la vía pública.
El panorama mexicano no es más alentador ya que se habla de que por lo menos 8 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de acoso a lo largo de su vida.
Como podemos observar la violencia sexual en contra de las mujeres se encuentra presente a lo largo y ancho del mundo; si bien, ahora en algunos lugares, con el auge de internet y sobre todo en las redes sociales, se ha visibilizado más esta problemática, que generalmente se encuentra invisibilizada y normalizada, incluso por las autoridades encargadas de atender esta situación y, supuestamente, prevenirla.
Algunos autores y autoras, provenientes de diferentes disciplinas, como la antropología, la psicología e incluso las ciencias forenses, nos refieren que la violencia es un fenómeno que va en escalada. Esto quiere decir, que va en aumento, que comienza con las cuestiones aparentemente no trascendentales, sin embargo, si no hay una ruptura del círculo de la violencia, provocará una manifestación exacerbada de la misma, como por ejemplo una violación, o incluso, la muestra máxima de la violencia contra las mujeres: un feminicidio.
De esto, no obstante, hablaremos en la siguiente entrega.
[1] Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, disponible en: http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4961209&fecha=01/02/2007
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay
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