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  • Psicoterapeuta Claudia Garibay

¿La chica de la fotografía es la imagen que imaginas cuando escuchas las palabras «adicto a la heroí

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Esta es mi hija, Alexa. Desde el momento en que nació hasta el momento en que se fue de esta tierra, fue adorada. Amada no sólo por su familia, sino también por aquellos cuyo camino cruzó. Ella era curiosa, alegre e inteligente. Era amable y cariñosa y tenía una sonrisa que iluminaba una conversación, una habitación y un corazón. Ella amaba los libros, especialmente los libros sobre espiritualidad, vida holística, libros para ayudar a entender las injusticias en el mundo y formas en la que ella pudiera encontrarse a si misma. Entre sus favoritos eran «El Secreto», «Desayuno en Tiffany’s», y romances victorianos. Alexa tuvo devoción por los animales especialmente los caballos y sus dos perros con quienes pasó tiempo entrenando y cuidando. Ella escribió diarios a lo largo de su vida con páginas llenas de emoción, poesía y delicados bocetos. Ella era profundamente sensible y sentía la vida intensamente.


Al comienzo de sus años universitarios, Alexa sobresalió en sus clases y se ganó su lugar en la Lista del Decano. Algún tiempo después, todavía en la universidad, conoció a un «amigo»; un joven que le dio a Alexa su primera dosis de heroína. «Solo inténtalo». «¿Qué daño puede hacer?» Fue desde ese primer uso que nuestra hija se volvió física y mentalmente adicta a esta droga. Luchó con desesperación y admiración para superar el tremendo control que la heroína tenía en su vida. Cada día fue una batalla para Alexa, así como para aquellos de nosotros que la amamos y tuvimos que verla sufrir. Hicimos todo lo que pudimos; habríamos dado nuestras vidas por ella. A pesar del amor y la orientación conferidos a ella, las rehabilitaciones, las desintoxicaciones y su perseverancia, inevitablemente la heroína sofocó cada sueño y aspiración que alguna vez tuvo.

Alexa murió de una sobredosis el 21 de septiembre de 2017. Tuvo períodos de tiempo donde estaba libre de heroína. Durante estos tiempos ella le rogó a Dios que la mantuviera sobria, buscó asesoramiento, usó prácticas holísticas y trató de mantener su enfoque en lo orgánico y el ejercicio. Pero la oscuridad regresaba de nuevo y ella volvía a la droga que le causó tanto dolor. Desesperada por escapar por un tiempo de sus tortuosos pensamientos de culpa y vergüenza que sentía al lastimar a la familia que amaba. Alexa describió la heroína como:  «Una droga solitaria que te separa de cada parte de tu vida y te deja colgando al borde de la muerte».

Esta es la historia de Alexa y te pido que la compartas con tus seres queridos y amigos ¿Por qué?

  1. El horrible estigma que muchas personas tienen de adictos a la heroína necesita ser disipado. Nuestra hija era hermosa, inteligente, educada. Se le dieron todas las oportunidades que una niña debería tener. Somos padres trabajadores que han criado a sus hijos con moral y valores. Nosotros no somos adictos. Somos personas normales que siempre hemos dado lo mejor a nuestros hijos. Alexa no era un ‘adicto de la calle’. Ella trabajó desde la edad de 16 años para mantenerse hasta unos meses antes de su muerte. Ella era alguien. Ella era nuestra hija amada. Y siempre nos preguntaremos si hubiéramos podido hacer algo de manera diferente.

  2. Si esto le pudo pasar a Alexa, le puede pasar a cualquiera. Sólo se necesita una consumir una vez para convertirse en adicto a la heroína. Una vez es lo que fue para Alexa. Ella tomó la heroína sin tener idea del poder que la droga tendría sobre ella. La heroína está en todas partes. Alexa la usó por primera vez en su universidad mientras estaba bebiendo y su juicio no era el mejor. A tu ser querido le podrían ofrecer heroína, igual que Alexa.  Él/ella podría tomar y pensar que no se van a volver adictos, igual que Alexa. Usted puede estar seguro de que, si mi preciosa hija, que tenía el mundo a sus pies, pudo convertirse en una adicta a la heroína y morir de una sobredosis, puede ser igual de fácil para tus hijos o tus seres queridos.

Por favor, comparte la historia de Alexa y cuando lo hagas, por favor muestra su foto.

Muchas gracias,

Susan Frost Lamoureux Mamá de Alexa.

✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay

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