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  • Psicoterapeuta Claudia Garibay

La comunicación patológica en la pareja: La guerra de los Roses (3era. parte)



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Escenas 8 y 9

La indigestión…

En esta escena, Oliver está con un cliente y presenta todos los síntomas de un ataque al corazón.  Se va al hospital y termina siendo una hernia hiatal.  Ella no acude a verlo y, una vez dado de alta, regresa a casa.  Ella llega después, lo abraza y le comenta que no fue al hospital porque sabía que todo estaba bajo control.   Finalmente ella le platica que iba manejando y tuvo la sensación de que él moriría y entonces paró el auto porque se asustó de sentirse tan feliz, feliz de ser libre, como si se le quitara un peso de encima.  Le pide el divorcio, le dice que no quiere estar más casada con él.  Oliver le exige una razón, a lo cual ella contesta: porque cuando te observo sólo quiero golpearte la cara…y lo golpea.

Veamos esta escalada en el siguiente diálogo:


Oliver- creo que me debes una disculpa

Bárbara- quiero el divorcio

O- no, no quieres, no podes divorciarte

B- no quiero seguir casada contigo

O- ¿por qué? ¿hice algo? ¿no hice algo?

B- no puedo ser específica

O- trata

B- no quiero tratar

O- ¿otro hombre?

B- no

O- ¿una mujer?

B- así quisieras

O- YO debería pedir el divorcio, me llevaron al hospital y …

B- yo soy culpable, soy una mala persona, échame la culpa a mí, etc.

O- me debes una buena razón, yo te proveí de una buena vida….

B- cuando te veo comer, dormir, quiero partirte la cara

O- pártemela

B- (le da un puñetazo)

O- La próxima vez te pegaré de vuelta y espero que tengas un buen abogado

B- el mejor que tu dinero pueda pagar

La escalada simétrica se hace totalmente evidente, dejando a un lado la relación complementaria que venían manejando, en dónde el sentimiento de frustración progresiva se hacía manifiesto en todo momento en ambos y en donde el sentimiento de desesperanza hizo presa de Bárbara en varias ocasiones, como cuando está entrevistando al ama de llaves.

Aunque Oliver ocupaba una posición superior en cuanto a educación, prestigio y dinero, Bárbara nunca mostró total vulnerabilidad y constantemente había pullas de poder.

Sin embargo, a partir de este momento  la tensión, la agresión y el rechazo van “en crescendo”.  La respuesta de cada uno es un poco más violenta que la anterior  y así van escalando simétricamente en poder y violencia, sin tener una pauta que permita bajar el conflicto y salir de la escalada.

Y aquí empieza la guerra, misma que se había estado gestando desde que se conocieron y que se dejaba entre ver en todos los aspectos de su relación, pero sobre todo en su comunicación o en la falta de ella que de cualquier manera es comunicación.

Escena 10

Visita al abogado y Navidad…

Se presentan con el abogado y ella dice que únicamente quiere la casa, a lo cual el responde: “jamás tendrás esa casa…..”

Están con los hijos, preparándose para la cena de Navidad; ella, de manera desafiante, coloca en el árbol la estrella de papel aluminio que había confeccionado en su primera Navidad con Oliver y que él despreció.

El árbol prende fuego, él lo apaga y comenta: “gracias a Dios que estaba yo aquí” y ella contesta con ironía “tú siempre sabes”.

Oliver le ofrece a Bárbara pagarle el triple de lo que gana el ama de llaves, se empiezan a agredir verbalmente, dividen la casa, los hijos y la muchacha se van y ya nada los puede parar.

En la escena final ambos quedan colgados de un candelabro que se encontraba a la entrada de la casa.  El mecanismo del mismo se suelta y abrazados del candelabro caen al piso 30 pies abajo.  En su último aliento Oliver se acerca para tocar el hombro de su esposa, en un intento por hacer las paces y buscar su perdón y le dice: “siempre te he amado, tú también a mí, ¿no es así?  Muy despacio vemos la mano de Bárbara levantarse para tomar la mano de Oliver y con su último aliento se quita de encima la mano de su esposo.

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Conclusión

Es muy evidente la complementariedad rígida en esta relación; Bárbara quería que Oliver la tomara en cuenta no sólo como ama de casa, sino como una mujer independiente que podía valerse por sí misma.  Sin embargo, Oliver no la veía así, para él,  ella representaba fuerza, vitalidad y sexo, dentro de la casa, bajo sus términos y su dominio y poderío económico.

En esta pareja específica encontramos un vínculo narcisista, nuestros protagonistas se engancharon en la admiración y la rivalidad, dónde la agresión y la sexualidad se utilizan como mecanismos de defensa frente a la separación. Los aspectos violentos van desde las discusiones constantes, la indiferencia, el rechazo, la desvalorización, la queja hacia el otro y los silencios,  hasta la violencia verbal, física y sexual.

Y, podría decir, que esta pareja tenía un funcionamiento de consenso, aunque no lo parezca.  De alguna manera estaba acordado que él era el proveedor económico y ella la administradora del hogar y ambos desarrollaron muy bien sus funciones en este sentido.  Él creció y ella se hizo de una bella mansión y se encargó de la educación de los hijos y esto hizo que este sistema funcionara durante varios años.

Por otro lado, había claramente una comunicación circular ya que el comportamiento anterior de alguno de ellos era efecto de otro anterior y a su vez causa del siguiente comportamiento.

Me encontré estas paradojas acerca del amor, que considero vienen al caso con esta película:

“Infierno y paraíso

Sentimiento incierto

Que te lleva directo al cielo

Y te deja caer contra el suelo”

“Como son la angustia y la calma

Eres la guerra y la paz

Resumido en un solo latido

✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay

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