Cuando aprendemos a amarnos a nosotros mismos, nuestro mundo exterior se transforma. No se logra de la noche a la mañana, se requiere práctica, constancia y disciplina. Sin embargo, cuando se elige ser consciente y amarse cada día un poquito más, tu vida podría florecer como un jardín.
¿Qué tipo de jardín deseas? ¿Hay maleza en tu vida?.
❤️¡Puedes elegir transformar esos hábitos que te han llevado a vivir la experiencia que afrontas hoy!❤️
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay
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