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Psicoterapeuta Claudia Garibay

NAVIDAD…

Aprende a amarte con la colaboración de Karina Falcón


Mirar las luces de Navidad dentro y fuera de la casa, las candelas, disfrutar de los alimentos horneados, la música, la belleza del árbol o las luces en una pequeña villa adornada, nos recuerda la promesa original:  sostener la vida.


Pero realmente ¿estamos sosteniendo la vida ? ¿Cultivamos el intento de ser LUZ para nosotros y para alguien más? ¿Nuestro trabajo es un servicio de vida y esperanza?

La temporada del solsticio tiene la misión de contactarnos con nuestra propia luz, con eso que nos da alegría y nos ilumina. Si nos permitimos transitarla en consciencia nos regala la develación generosa de nuestros talentos, de esos talentos que no hemos aprovechado y que podemos comenzar a practicar y cultivar por las próximas lunas… de esos talentos que nos obsequiaron nuestros ancestros, que van naciendo de nuestro corazón y requieren nuestra valentía para ser traídos a la Tierra.


Las candelas o velas, las luces titilantes, la iluminación contínua originalmente nos recordaban que después del solsticio nuestra luz continuaría encendida si éramos capaces de renacer. Y aún, cuando las miramos, aunque no sepamos bien, algo en nosotros presiente esperanza, generosidad y continuidad.  Nada tan poderoso y transformador que encender una candela o vela para iluminarnos el camino, para reflejar nuestro espíritu en su flama. AÑO NUEVO…

Tres días después del Solsticio (quietud total) el Sol comienza a moverse de nuevo hacia la línea del Equinoccio, y siete días después confirma su luz y la promesa de nueva vida, confirma el año nuevo, el nuevo ciclo. Sin embargo, no es hasta una lunación después que la promesa puede ser celebrada con la energía interna de los seres humanos que logramos sobrevivir físicamente y espiritualmente.

La esperanza es algo que necesitamos aprender a cultivar desde el interior, con fidelidad a nuestro corazón, con coherencia, siendo honestos, abrazando nuestra verdad en todo momento, haciendo y practicando lo que nos ilumina.

Child and the Sun

La luz y el sentido de nuestra vida no es algo que conseguimos de otros, que extraemos copiando a otros o apagando o robando la luz de otros… es algo que aprendemos al caminar nuestra oscuridad y al aprender a mirar a través de ella.

El  CORAZÓN…

Entramos en un tiempo para recordar la luz que llevamos en el corazón desde que éste comenzó a latir, y nutrirla practicando eso que nos da alegría. Los tiempos de Navidad son para rememorarnos: Universo, Claridad y Esperanza. 

Con esto nuestro cuerpo y memoria nos dicen lo importante que es comenzar a contarnos las historias que nos sanan, desenterrar las historias de alegría, celebración y gozo de los nuestros… abrir también las historias que hicieron posible la vida, que nos dieron amor. Y esto no implicará ocultar o dejar a un lado las historias de dolor, en realidad esas las conocemos bien… pero ahora, lo que necesitamos es la verdad de dos rostros y polos: mirar como humanidad lo mucho que hemos aprendido a caminar en la oscuridad para extraer la luz.

hands in shape of love heart

✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay

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