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  • Psicoterapeuta Claudia Garibay

El papel de la gratitud en la salud

Young woman showing her heartfelt gratitude

La gratitud no sólo es un valor moral, es una acción que genera muchos beneficios para la salud, tanto la física como la psicológica, pues ser agradecidos, ciertamente, nos hace ser mejores personas, estando en paz con nosotros mismos y con los demás.


Aunque algunos de estos beneficios resultan distintos según la edad del que agradece, lo cierto es que de forma general, la gratitud se halla vinculada con el amor –sobre todo el amor a sí mismo-, el optimismo, la generosidad y el bienestar.

Por ejemplo, en los niños pequeños, la gratitud se expresa a través del sano vínculo afectivo entre quien da y quien recibe; pero en los adolescentes la gratitud se revela en ciertos tipos de bienestar relacionados con la vida y conductas prosociales. Estudios al respecto revelan que el ejercicio de la gratitud en los adolescentes se encuentra relacionado con un mejor rendimiento académico y lazos familiares más fuertes, estableciendo así una relación inversa con el consumo de alcohol y drogas de abuso.

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Un dato curioso: los niñxs, por lo general, expresan agradecimiento por tener una familia, por tener cosas materiales, por poder ir a la escuela, tener amigos y poder jugar; los adolescentes, en cambio, expresan un mayor agradecimiento ante la autonomía, la libertad, sobre todos los adolescentes masculinos. Las féminas, tanto en la infancia como en la adolescencia, suelen sentir mayor gratitud hacia la familia.

En el caso de los adultos, el agradecimiento constituye una satisfacción en general, y para los adultos mayores la gratitud se relaciona también con el perdón, la gratificación y el disfrute más pleno de las cosas buenas de la vida. Quizá, por haber vivido tanto y haber tenido disímiles experiencias, los adultos mayores suelen vincular agradecimiento y perdón en una misma fórmula pues ciertamente el agradecimiento les permite experimentar con mayor benevolencia aquellas cosas negativas que experimentan o han experimentado. Se puede decir así que los adultos mayores conocen en carne propia el valor de la gratitud.

Hands of teenage girl and her grandmother at home.

Al permitir apreciar las cosas buenas del mundo y de los otros individuos, la gratitud promueve la relación y conexión afectiva entre personas, así como la valoración positiva de dicha relación. En ese sentido también se relaciona con el crecimiento personal, es decir, con esa ventana de oportunidad que nos brinda la vida día a día para ir acompañando nuestros cambios naturales con una mejor versión de nosotros mismos.

Y es que ser agradecidos nos hace personas más amables y responsables; nos hace personas más dispuestas a ayudar a los demás, sobre todo a quienes más lo necesitan. Ser agradecidos nos hace ser caritativos, permitiéndonos dar y reciprocar ya sea a quienes nos hayan ayudado o bien a otros a quienes nosotros ayudamos. Ser agradecidos se relaciona con el reconocimiento del otro, con el reconocimiento de su bondad y su generosidad, reconociéndonos también a nosotros mismos.

Pero no sólo agradecemos a las personas, también podemos agradecer la belleza, la serenidad, la existencia de un paisaje, de una emoción que nos haga vibrar de felicidad. Agradecemos por las cosas que nos pasan, por lo que recibimos de la vida en general; de manera que podemos agradecer por casi todo lo que nos pasa, aun lo negativo pues de ello siempre se pueden sacar buenas enseñanzas.

Woman feeling free in a beautiful natural setting.

Cuando agradecemos estamos más preparados para procesar de una mejor manera los eventos y situaciones dolorosas o negativas de la vida, y por eso se puede decir que la gratitud nos hace también personas más extrovertidas, más agradables y abiertas.

De hecho, ser agradecidos por lo general nos permite dormir mejor, nos hace acceder a recuerdos positivos y nos permite ser más sinceros a la hora de expresar nuestras preocupaciones y opiniones, e incluso enfrentar de una mejor manera el triste momento de la muerte de un ser querido o la propia. En suma: la gratitud nos hace más fuertes emocional y psicológicamente.

Por todo lo anterior, la gratitud tiene un potencial de vitalidad que de alguna manera permite poner un alto a la neurosis y nos hace menos tendientes a la depresión porque nos brinda alegría, optimismo y entusiasmo, buscando que nuestros actos se tiñan de emociones positivas.

Friends congratulating a happy girl in the street

✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay


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