TIPOS DE VIOLENCIA
Violencia directa: es la parte visible de una violencia la que se hace intencional o incluso no intencional, pero que queda claro para todos que existe violencia entre esa pareja.
Violencia invisible: es la violencia cultural, tiene lugar en un nivel inconsciente, es aprendida y no cuestionada. Es lo que culturalmente esta aceptado y muchas veces no se percibe como violencia pues son comportamientos normalizados.
La violencia en la pareja adopta cuatro formas:
SÍNTOMAS
Los síntomas al sufrir cualquier tipo de violencia son:
Dificultad para tomar decisiones, por más cotidianas que sean, sin la supervisión y acompañamiento del agresor,
Necesidad de que otros asuman las responsabilidades de la víctima,
Dificultad para expresar desacuerdos; la falta de confianza en sí mismo,
Deseo excesivo de protección y apoyo por parte del agresor,
Sensación de desamparo y preocupación por tener que cuidar de sí mismo,
Baja autoestima,
Inseguridad,
Infantilismo psicológico,
Ausencia de habilidades comunicativas y sociales,
Creer sin cuestionar las normas amoroso-sexuales impuestas por la sociedad.
Otra de las consecuencias para la víctima de la violencia en pareja es la Transmisión intergeneracional, también llamada transgeneracionalidad. Esto es la transmisión de los modelos familiares nocivos hacia los hijos.
“Vivir situaciones de violencia durante la infancia suele ser un predictor para reproducirla en la juventud y la vida adulta, tanto en hombres como mujeres, sea cual sea el rol que jueguen.” Informe ENDIREH 2006
FACTORES
Factores: Las mujeres adolescentes perpetradoras de violencia en contra de sus parejas y/o ex parejas hombres suelen hacerlo debido a:
Haber sufrido o presenciado violencia de género al interior de su núcleo familiar, lo que naturalizaría su comportamiento violento,
La idea romántica de que en las relaciones de pareja los novios deben ser el uno para el otro y excluir a todo lo demás,
Dependencia económica y emocional,
Los mitos románticos: Visión excesivamente romántica de las relaciones amorosas,
Autoritarismo e hipercontrol,
Ausencia de apoyo de la sociedad que se da como el escaso o inadecuado apoyo policial o judicial (En el caso del hombre está el imperativo cultural de que son fuertes y por ello no pueden ser víctimas),
Adicción a la relación de pareja,
Represión amorosa y sexual.
Abrir estos temas tanto a los adolescentes como a adultos, puede crear un espacio de reflexión, para que tanto hombres como mujeres logren relaciones de pareja sanas y constructivas.
✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay
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