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Psicoterapeuta Claudia Garibay

El Síndrome de la Borrachera Seca. Segunda parte

Depressed Man Portrait
  1. “No me lo merezco”…así se manifiesta la necesidad neurótica de expiación, la cual conlleva la oculta convicción de que no merece el éxito ni la felicidad, que la mejor forma de castigar todas sus faltas es fracasar. Ante la ausencia de perdón a sí mismos resulta imposible alcanzar la sobriedad.


Continúa atado al pasado, a sus culpas, sintiéndose avergonzado y menos que los demás y todo esto le impedirá triunfar en la vida.

Posterga, “luego lo hago, además no merezco, presenta miedo a triunfar y desidia, es egoísta.  Tiene alterado el eje de la autoestima.  La valoración que hace de él mismo es sobre la base de las sensaciones y experiencias que ha ido incorporando a lo largo de su vida..  El AMOR a él mismo, no existe.

  1. Los miedos: El adicto es escapista por naturaleza, trata de evadir su realidad todo lo que pueda, pero con la abstinencia las posibilidades de evasión disminuyen. Viven en constante ansiedad, sienten una “terrible angustia por el hecho de existir”; recaen por su incapacidad de manejar la angustia.

El mundo del alcohólico es de contradicción y conflicto, un mundo en donde las polaridades se encuentran: blanco y negro; tierno y cruel.

Hay alcohólicos sobresalientes, pero piensan que no valen nada; de repente te cuentan las cosas más bellas de ellos mismos y; sin embargo, son los únicos que no se han convencido de lo que realmente valen.

¿Cómo ayudar a un adicto a que se relacione con su miedo, a que investigue por qué está asustado?  No lo sé; pero creo firmemente que si puede mirar al miedo de frente, el miedo dejará de ser la situación dominante  que está a punto de vencerlo; podría librarse de él si aprende a sonreírle, a dejar de verlo como un ogro y poco a poco alcanzará valentía y audacia para conectar con él mismo y con los demás.

  1. Entre los alcohólicos y adictos a las drogas la probabilidad de desarrollar depresión aumenta de 30% en la población general a 50 % entre los adictos a sustancias. La depresión es una enfermedad progresiva y mortal que hoy por hoy puede controlarse y se hace factible que el deprimido salga del pozo.

La depresión mayor o depresión endógena tiene su origen en una predisposición genéticamente determinada: hay una concentración de ciertos neurotransmisores cerebrales como la serotonina, la adrenalina y la nor-adrenalina.  Tiene carácter cíclico.

Low Key Shot of a Scared and Filthy Brown Haired Child
  1. El alcohólico que logró sacar el alcohol del centro de su vida, ahora está girando alrededor de una persona que ha ocupado el lugar que antes tenía el alcohol. Está en borrachera seca y “la paradoja es que la adicción al amor es un intento por lograr el control de nuestras vidas y, al hacerlo nos descontrolamos al darle poder personal a alguien distinto a uno mismo”.

El amor es un vínculo ideal para la adicción.  Los adictos al amor son aquellas personas para quienes el afecto desempeña el mismo papel que un sedante o un estimulante.  Son incapaces de retribuir amor y sólo experimentan una apremiante necesidad de ser amados.  Cuando una persona ve a otra con el objetivo de llenar un vacío, la relación se vuelve el centro de su vida.  En el amor adictivo, los amantes sufren agudos síntomas de privación (angustia, insomnio, desesperación) que sólo se alivia cuando se restablece el contacto con el ser amado.

  1. Los mecanismos que emplea el borracho seco para negar la realidad son: la negación y la proyección.

La negación es la falta de reconocimiento de la realidad, tienen una percepción distorsionada de su propia autoimagen, pero también tienen alterada la percepción de las personas con las que interactúan.

En la proyección, a persona se libera de ciertas situaciones afectivas penosas e intolerables, desplazando hacia fuera sus propios sentimientos.

  1. “Cuánto más dispuestos estemos a depender de un poder superior, más independientes seremos de la realidad…Está bien claro que no conoceremos nunca la libertad bajo Dios, hasta que no tratemos de buscar Su voluntad para con nosotros.”

Es decir que ¿mientras más dependo de un poder trascendente, más libre soy??  No soy una persona que practique ninguna religión, creo en Dios y en Jesús como el más grande filósofo de la historia. Sin embargo, hay historias que me cautivan y no dejan duda en mi corazón de la existencia de un poder superior, de la existencia de Dios:

El camino más famoso en el mundo es la Vía Dolorosa: “la ruta de la tristeza”.  Según la tradición es la ruta que Jesús tomó desde el Palacio de Pilato al Calvario.  Esta ruta está marcada por estaciones, usadas por los cristianos para sus devociones.  Una de ellas marca el paso del veredicto de Pilato; otra la aparición de Simón para ayudar a llevar la cruz; en fin entre todas hay 14 estaciones recordando los sucesos de la caminata final de Cristo.  ¿Es la ruta verdadera? Probablemente no, pero las personas de fé saben dónde comienza este camino: Comienza en los salones del cielo, cuando Dios Padre inicia su jornada para venir en busca nuestra.  Inició esta búsqueda armado con nada más que pasión para ganar nuestro corazón, su deseo es traer a sus hijos de vuelta a casa: La Biblia tiene una palabra para esta búsqueda: “reconciliación”.

“Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo con él” (2 Corintios5.19)

Man praying outside to God

La reconciliación desenreda lo enredado, invierte la rebelión, vuelve a encender la pasión que se ha enfriado; la reconciliación toca el hombro del extraviado y lo pone en camino hacia el hogar…

“Quien no vive para servir, no sirve para vivir.”

Los alcohólicos son seres llenos de vacío, siempre insatisfechos, como un algo que no tiene ni principio ni final: vacío de reconocimiento, vacío de alguien, vacío de sí.  Tratan de llenar este vacío de forma ansiosa, compulsiva y sin medida, con la ilusión del alcohol.

Los caracteriza la desesperanza, esta visión sombría y negativa de la realidad, que aporta tristeza, baja autoestima, soledad, rabia y cansancio físico y psicológico.

El alcohólico ansía hasta el cansancio lo bello, lo sensual, se excita por los ojos, anhela una caricia y un abrazo; sufre como nadie y vive huyendo de este sufrimiento, buscando obsesivamente el placer; pero como se frustra se destruye en su inútil búsqueda.

✍ Psicoterapeuta Claudia Garibay

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